chemar
30/12/2002, 18:21
Sobre los accidentes de tràfico
He observado, que las medidas que se proponen para intentar solucionar este gravìsimo problema, se centran siempre en el conductor; mayores sanciones, mas controles etc., y aunque estoy de acuerdo en que deben mantenerse y perfeccionarse, siguen demostrando año tras año que por sì solas nunca conseguiràn disminuirlos significativamente y ahì estàn las estadìsticas para probarlo.
Como he escrito en diversos artìculos a lo largo de diez años (los cuales he remitido a los gobiernos españoles y europeos) , la mejora de las carreteras es neutralizada ràpìdamente por en incremento de la densidad del tràfico y la velocidad de los vehìculos , y el aumento en la cuantìa de las multas y sanciones, no evita ni evitarà nunca la impulsividad e inexperiencia de los jóvenes, ni los errores, distracciones, pasiòn por la velocidad etc., o sea la imperfección humana en suma, lògica e inevitable de todos.
Creo por tanto se puede apreciar con total evidencia, que con defectos inherentes a su propia naturaleza, no se puede solucionar el problema pretendiendo una evolución imposible del conductor hacia la perfecciòn, por lo que es totalmente irracional el centrar en el mismo en forma prácticamente exclusiva todas las propuestas, con lo que por desgracia se sigue garantizando el desastre habitual de un interminable rosario de muertos ,invàlidos, familias destrozadas etc.
Sin embargo se olvida al otro actor bàsico del drama, que sì puede y debe evolucionar hasta conseguir que dicho conductor imperfecto por naturaleza, no se mate con la facilidad y en la proporciòn catastròfica con que lo hace actualmente, me refiero al vehìculo, pues a travès de èl se puede intervenir con gran efectividad sobre los factores que inciden decisivamente en el nùmero y gravedad de los accidentes. En resumen, en vez de fabricar un tipo de vehìculo velocìsimo y fragilìsimo ,en el que para no matarse se necesita un conductor perfecto que nunca conseguiremos, debe producirse otro que se adapte y no sea peligroso para el conductor humano real e imperfecto de que podemos disponer.
Es asombrosa y preocupante, la ceguera que demuestran los medios de comunicaciòn, nuestras autoridades y el ciudadano en general, exigiendo medidas y cumplimiento de normas a conductores ,carreteras etc., al consentir despuès paralelamente que el vehìculo, base y principal causante de los accidentes, o al menos del nùmero y gravedad de los mismos , no tenga prácticamente que cumplir ninguna. ¿Pues de què sirven los cinturones de seguridad si en caso de accidente grave la mayorìa de ellos quedan desintegrados o reducidos a un homogeneo montòn de chatarra, con los desgraciados ocupantes esparcidos por doquier o aprisionados entre hierros y chapas ,hasta el extremo de que sòlo con sopletes pueden ser extraidos?, ¿para què se implanta una velocidad màxima en las carreteras de 120 o 130 km. ,hora , si se consiente que los vehìculos salgan de fàbrica aptos para correr a 200?.
Basadas en los antedichos razonamientos ,propongo las siguientes medidas:
1ª) La instalaciòn obligatoria en fàbrica (comprobada con las inspecciones correspondientes), de un dispositivo que impida radicalmente que cada vehìculo pueda superar en forma alguna la velocidad màxima legal del paìs segùn sus caracterìsticas especìficas (turismo, camiòn, autobús etc.). Dicho dispositivo deberìa contener un receptor ,que serìa activado y controlado por las caracterìsticas de la carretera ,autopista, ciudad etc. por la que circulara ,mediante emisores distribuidos en la misma, no permitièndole superar la velocidad màxima permitida en cada una de ellas.
2ª) La exigencia y rigurosa comprobación oficial, de que tanto la rigidez y resistencia, como las restantes caracterìsticas del habitàculo de los vehìculos que vayan a salir al mercado, garanticen la protecciòn de los ocupantes de los mismos ante un accidente ocurrido a la velocidad màxima permitida para cada uno de ellos. El accidente del autocar que cayò sobre su techo provocando numerosos muertos, hubiera quedado reducido a unos cuantos heridos su su estructura hubiera poseido la resistencia suficiente. Es vergonzoso que no se las exija , cuando hoy son perfectamente asequibles tanto tècnica como económicamente ,comparado con los costes humanos y econòmicos del problema que contribuirìan a solucionar sin duda alguna.
Los tests que està comenzando a realizar la Comisiòn Europea, me parecen totalmente insuficientes, con choques a sòlo 64 km hora, realizados ademàs a modelos ya en el mercado ,que por tanto estàn en funciòn sin garantìa previa como yo propongo.
Un afectuoso saludo
Chemar.
He observado, que las medidas que se proponen para intentar solucionar este gravìsimo problema, se centran siempre en el conductor; mayores sanciones, mas controles etc., y aunque estoy de acuerdo en que deben mantenerse y perfeccionarse, siguen demostrando año tras año que por sì solas nunca conseguiràn disminuirlos significativamente y ahì estàn las estadìsticas para probarlo.
Como he escrito en diversos artìculos a lo largo de diez años (los cuales he remitido a los gobiernos españoles y europeos) , la mejora de las carreteras es neutralizada ràpìdamente por en incremento de la densidad del tràfico y la velocidad de los vehìculos , y el aumento en la cuantìa de las multas y sanciones, no evita ni evitarà nunca la impulsividad e inexperiencia de los jóvenes, ni los errores, distracciones, pasiòn por la velocidad etc., o sea la imperfección humana en suma, lògica e inevitable de todos.
Creo por tanto se puede apreciar con total evidencia, que con defectos inherentes a su propia naturaleza, no se puede solucionar el problema pretendiendo una evolución imposible del conductor hacia la perfecciòn, por lo que es totalmente irracional el centrar en el mismo en forma prácticamente exclusiva todas las propuestas, con lo que por desgracia se sigue garantizando el desastre habitual de un interminable rosario de muertos ,invàlidos, familias destrozadas etc.
Sin embargo se olvida al otro actor bàsico del drama, que sì puede y debe evolucionar hasta conseguir que dicho conductor imperfecto por naturaleza, no se mate con la facilidad y en la proporciòn catastròfica con que lo hace actualmente, me refiero al vehìculo, pues a travès de èl se puede intervenir con gran efectividad sobre los factores que inciden decisivamente en el nùmero y gravedad de los accidentes. En resumen, en vez de fabricar un tipo de vehìculo velocìsimo y fragilìsimo ,en el que para no matarse se necesita un conductor perfecto que nunca conseguiremos, debe producirse otro que se adapte y no sea peligroso para el conductor humano real e imperfecto de que podemos disponer.
Es asombrosa y preocupante, la ceguera que demuestran los medios de comunicaciòn, nuestras autoridades y el ciudadano en general, exigiendo medidas y cumplimiento de normas a conductores ,carreteras etc., al consentir despuès paralelamente que el vehìculo, base y principal causante de los accidentes, o al menos del nùmero y gravedad de los mismos , no tenga prácticamente que cumplir ninguna. ¿Pues de què sirven los cinturones de seguridad si en caso de accidente grave la mayorìa de ellos quedan desintegrados o reducidos a un homogeneo montòn de chatarra, con los desgraciados ocupantes esparcidos por doquier o aprisionados entre hierros y chapas ,hasta el extremo de que sòlo con sopletes pueden ser extraidos?, ¿para què se implanta una velocidad màxima en las carreteras de 120 o 130 km. ,hora , si se consiente que los vehìculos salgan de fàbrica aptos para correr a 200?.
Basadas en los antedichos razonamientos ,propongo las siguientes medidas:
1ª) La instalaciòn obligatoria en fàbrica (comprobada con las inspecciones correspondientes), de un dispositivo que impida radicalmente que cada vehìculo pueda superar en forma alguna la velocidad màxima legal del paìs segùn sus caracterìsticas especìficas (turismo, camiòn, autobús etc.). Dicho dispositivo deberìa contener un receptor ,que serìa activado y controlado por las caracterìsticas de la carretera ,autopista, ciudad etc. por la que circulara ,mediante emisores distribuidos en la misma, no permitièndole superar la velocidad màxima permitida en cada una de ellas.
2ª) La exigencia y rigurosa comprobación oficial, de que tanto la rigidez y resistencia, como las restantes caracterìsticas del habitàculo de los vehìculos que vayan a salir al mercado, garanticen la protecciòn de los ocupantes de los mismos ante un accidente ocurrido a la velocidad màxima permitida para cada uno de ellos. El accidente del autocar que cayò sobre su techo provocando numerosos muertos, hubiera quedado reducido a unos cuantos heridos su su estructura hubiera poseido la resistencia suficiente. Es vergonzoso que no se las exija , cuando hoy son perfectamente asequibles tanto tècnica como económicamente ,comparado con los costes humanos y econòmicos del problema que contribuirìan a solucionar sin duda alguna.
Los tests que està comenzando a realizar la Comisiòn Europea, me parecen totalmente insuficientes, con choques a sòlo 64 km hora, realizados ademàs a modelos ya en el mercado ,que por tanto estàn en funciòn sin garantìa previa como yo propongo.
Un afectuoso saludo
Chemar.