PDA

Ver la versión completa : hombre de cristal



evangelismo
23/09/2002, 15:24
el enfermo de sida que mas tiempo lleva enfermo en cuba
Hombre de cristal

Aracelys Bedevia
Fotos: Angelito Baldrich

Del Congo trajo el Virus que le cambió temporalmente la vida. Allí conoció a una maestra rusa con la que tuvo un romance, sin saber que ella había tenido relaciones con un nativo. Dos años anduvo por tierras africanas. Estuvo en la guerra de Angola y en la de Etiopía.

Terminada su misión regresó a Cuba y se incorporó a su trabajo. Siete años después, comienzan a chequear a todos los internacionalistas en busca del VIH. Le hacen la prueba y da positivo.

"La noticia la recibí en el trabajo. Fue en el año 1986. Un compañero llegó y me lo dijo. Yo no sabía ni qué era el SIDA. Cuando me planteó que tenía que ingresar en un hospital le dije que no podía dejar a mi hijita mayor, porque ella vivía conmigo. Su mamá había fallecido poco después de mi llegada. Pero él me insistió en que debían verme los médicos. Finalmente mi madre se quedó con la niña y yo ingresé en el Sanatorio de Santiago de Las Vegas."

Así comenzó la historia de la tercera guerra de Eduardo. La más larga de todas: veinticuatro años.

"Cuando me detectan la enfermedad ya yo estaba casado de nuevo y me había nacido otra hija. Tuve mucho temor por la niña. Pero afortunadamente no se la transmití. Tampoco a la madre. Ambas se hicieron las pruebas durante varios años y están sanas. Nada, cosas de este virus. En cambio, como no lo sabía infecté a la que fue mi tercera esposa con la que recién comenzaba una relación. Ella murió en el año 1995.

—¿Qué sentiste al ingresar en el Sanatorio?

— Lo que más me afectó fue haber tenido que abandonar mi trabajo. En aquella fecha había muy poca información sobre el SIDA y a los enfermos nos decían que no trabajáramos y que tratáramos de hacer la menor fuerza posible. Imagínese lo que eso significó para mí. Siempre he sido una persona muy activa.

"Después supimos que podíamos vincularnos laboralmente siempre y cuando no pongamos en riesgo a otras personas. Decidí quedarme en el Sanatorio, porque en el año 1991 se me presentó una leucemia mieloide crónica y eso me dio un poco de temor. Cuando empieza el sistema ambulatorio ya llevaba muchos años desvinculado de mi trabajo y me adapté a vivir aquí, y a tener cerca a los médicos, que son muy buenos y se preocupan mucho por nosotros."

—Al parecer te infectó la maestra rusa. ¿En qué año fue? ¿Has sabido algo de ella?

—A finales de 1977. Poco después de llegar a Cuba, en 1979, recibí como dos cartas. En una me decía que estaba enferma y se sentía muy mal. Pero como dejé de escribirle, nunca más supe de ella. Ahora pienso que ese malestar debe haber sido por causa del VIH.

—¿Tienes tratamiento?


—Sí. Empecé a tomar la triterapia hace más de cinco años, primero, gracias a algunas donaciones que llegaron al Sanatorio, y ahora como muchos otros pacientes tomo los medicamentos que se producen en Cuba. Me ha ido muy bien. El tratamiento es fuerte y hay que hacerlo con mucha responsabilidad, pero yo los tomo con tanto deseos de que me curen, que estoy hasta gordito.

—Y para la leucemia ¿qué tomas?

—En estos momentos nada. Me golpeó fuerte, pero con los medicamentos que me pusieron se me quitó en menos de un año."

—¿Trabajas aquí?

—Sí. Desde hace muchos años soy el jefe de personal de los enfermos que viven en el Sanatorio. Hago el control de todos los que laboran en las diferentes áreas y me ocupo del pago de los que antes de entrar no estaban vinculados a ningún centro. Este trabajo lo vinculo con actividades de prevención. Mi esposa Mariela y yo tenemos un proyecto con adolescentes de secundarias básicas para evitar que se infecten. Les explicamos cómo protegerse y qué es el SIDA, porque muchos de los que se contagian es por desconocimiento."

Tengo ante mí a un hombre lleno de sueños y aspiraciones, a quien el SIDA no ha podido robarle la esperanza. Miro sus manos e imagino cuántas trincheras debe haber abierto con ellas. En sus ojos leo la humildad del hombre sencillo pero seguro, que ha vuelto a casarse y habla de arreglar su casa, de la familia, los amigos.

—¿Cómo entró Mariela en tu vida?

—La conocí aquí. Ella era la esposa de un internacionalista que ya había fallecido. Cuando muere la que era mi esposa, los dos quedamos solos y al cabo del tiempo empezamos una relación. Ya llevamos cerca de siete años, nos queremos y ayudamos mutuamente. Los fines de semanas vamos para nuestra casa en la Ciudad y estamos con nuestros hijos, la familia.

—Llevas 24 años viviendo con el VIH. Enfermaste en una ocasión y lo superaste. ¿Te has preguntado por qué te mantienes tan bien?

—Porque quiero contar la historia. Voy a contar la historia de esta enfermedad. Estoy seguro de que va a aparecer la cura y que podré seguir criando a mis hijas y encaminarlas en la vida. Además, me cuido mucho y confío en que voy a sanarme. Eso ayuda. He visto durante años que las personas que más se deprimen son las que mueren más rápido."

—¿Y no le temes a la muerte?

—No. La tuve tantas veces cerca cuando la guerra en África que le perdí el miedo. Eso sí, la respeto y me cuido mucho, porque aunque yo estoy fuerte y bien alimentado, soy como un cristalito finitico. Los que tenemos este virus podemos complicarnos hasta con la enfermedad más simple y morirnos".

—¿Algún mensaje en especial?

—Pedirles a los jóvenes que se protejan para que no se infecten, y agradecerle al Comandante en Jefe Fidel Castro su preocupación constante por nosotros. Siempre ha seguido muy de cerca este centro y nos ayuda y apoya mucho.

No logro salir de mi asombro. Se me hace difícil creer que este hombre lleve 24 años infectado con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Si no llega a ser porque me dijeron que era él, cuando lo vi parado al borde del camino que conduce a su casa, le hubiera preguntado a él mismo por Eduardo.

Mariela, su esposa, dice que el SIDA es como las guerras. Unos van y vuelven. Otros no. Ella también está segura de que se va a curar y va a vivir muchos años. Piensa que todo esto es como una gran pesadilla que les tocó vivir pero que al final van a despertarse.

¿Habré hecho esta entrevista? ¿Será realmente un sueño del que yo tampoco he despertado?



MARANATA