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Ver la versión completa : Sobre Jack el Destripador o algun psicopata



danyspikemclean
21/07/2002, 00:01
Hola, me preguntaba si alguno de ustedes tiene (o sabe donde puedo encontrar) informacion sobre Jack el Destripador o Jack The Ripper, porque me atrae enormemente su historia. Tambien si saben de algun otro psicopata de importancia, me avisan, ok? Muchas Gracias.

LOBOARGENTINO
21/07/2002, 15:07
SI...QUIERES PUEDO CONTARTE LA HISTORIA DE MI ¡¡VIDA!!?

CHAU
LOBO

danyspikemclean
21/07/2002, 17:59
de mas poh, cuenta no mas que aqui oidos hay de sobra...jajaja

Templar
23/07/2002, 11:17
Alguien preguntando sobre esto? ..... se me hace extraño, esta tambien el Dr. Hide, Dr. Frankinstein, o quieres psicopatas mas reales?? .....a lo mejor te sirva mmmm Hitler, Himmler, Stalin, Musollinni, Osbald......vaya hay muchos, pero exactamente que psicopata buscas?? ... ;)

Un saludo

Templar

cyberboy
23/07/2002, 20:19
Si de algo te sirve checate esto de yahoo:
http://dir.yahoo.com/Regional/Countries/United_Kingdom/Society_and_Culture/Crime/Types_of_Crime/Homicide/Serial_Killers/Jack_the_Ripper/

danyspikemclean
24/07/2002, 02:27
jeje porque se te hace extraño? Creo que los psicopatas me recuerdan lo inexorable de la psicologia humana. En todo caso, me refiero a psicopatas de la clase "asesinos en serie" o cosas similares. Porque, si bien hay dictadores asesinos, me interesan esos mas ilegales. Me gustaron tus sugerencias..tienes algo al respecto?

Frs
27/07/2002, 14:03
ricky ramirez fue uno de ellos no?

A si Pensaba Forsepsillo..

TONETXO
06/08/2002, 22:23
COMO DIJO JACK EL DESTRIPADOR.."VAMOS POR PARTES"

danyspikemclean
18/08/2002, 20:04
bien dicho jajajajaja

Rhyannon
12/09/2002, 23:02
http://www.crimelibrary.com/

vete esta página, hay buenas historias....

Modelaré grandes ventanas para mi alma.

cariátide22
13/09/2002, 15:13
JACK el Destripador

Jack el Destripador comenzó su carrera probablemente el 31 de agosto de 1888.
Aunque no hay certeza absoluta, ya que se duda si el asesinato de una mujer,
también prostituta, el 6 de agosto de ese mismo año, y que respondía al nombre de
Martha Turner, fue también obra suya. En todo caso la policía no dio en su
momento publicidad a este caso. Martha fue asesinada por un "largo y afilado
cuchillo" entre las 2 y las 3 y media de la madrugada. De todas maneras el hecho de
haber sido sorprendida en el mismo barrio de Whitechapel en un pub que todavía
existe (El Ángel y la Corona), da motivos a la sospecha.

Otro crimen, cinco días después, tampoco se le atribuye al Destripador. Fue el caso
de Emma Smith, también prostituta y alcohólica que apareció muerta por violencia
(se desconoce si fue apaleada o acuchillada) y que también ocultó la policía. Dado
que sucedió en el mismo distrito de Withchapel las sospechas son parecidas al
caso anterior.

El primer crimen oficial, por así decirlo, y el que reconocen todas las crónicas, es el
del 31 de agosto de 1888, Mary Ann Nicholls (alias Polly) (prostituta y alcohólica)
que muere violentamente con la traquea, esófago y medula espinal, cortados; vientre
abierto, etc. Se juzgó que la muerte había sido casi instantánea. En este caso
sabemos que la policía no examinó el cuerpo en plena calle, y que lavó el pavimento
y el cadáver antes de cualquier examen pericial. Podría parecer un caso de
impericia profesional, aunque en la época la tecnología policial estaba en ciernes.
También podría haber sido para no sembrar la alarma en la zona, sobre todo si
pensamos en los dos casos anteriores que habían sido ocultados. Según el atestado
forense "Las heridas infligidas a la víctima han sido hechas por persona experta,
que hizo los cortes con absoluta precisión y limpieza."

El segundo crimen de la serie sucede el 8 de septiembre del mismo año. Annie
Chapman (prostituta y alcohólica, como las demás) es asesinada de idéntica forma.
Sólo destacamos que del útero, la parte superior de la vagina y una porción de la
vejiga no se encontró rastros. En la encuesta judicial algunos testigos indicaron la
presencia de un hombre de unos 40 años. bien vestido y con acento extranjero.
Dadas estas características surgió un sospechoso de ser el "Delantal de Cuero"
(aún el asesino no tenía su nombre con el que fue mundialmente conocido), el judío
John Pizer, zapatero de origen polaco. Pero la acusación se derrumbó ya que éste
tenía una buena coartada. A raíz del segundo asesinato conocido se formó un
"Comité de Vigilancia" organizado por un grupo de comerciantes de
Whitechapel.

Justo en ese mes, el 27 de septiembre, la policía recibe la primera carta firmada por
"Jack el Destripador". Enviada a la Central News Agency, de Fleet Street está
escrita con tinta roja (un detalle de humor negro) y en ella se escribe

"No cejaré en mi tarea de destripar putas. Y lo seguiré haciendo hasta que me
atrapen. El último trabajo salió bordado (...) Retengan esta carta, sin hacerla
pública, hasta mi próximo trabajo (...) No les importe llamarme por mi nombre
artístico".

Cómo se ve, una misiva muy provocadora. Si este mensaje se hubiera enviado en la
época actual, podríamos decir que la sociedad se enfrentaba a un "asesino
mediático"; alguien que no sólo mataba sino que, además, quería salir en todos los
medios de comunicación.

El tercer y cuarto crimen se cometen el mismo día, el 30 de septiembre de 1888.
Elizabeth Stride (alias "Long Lizz", la "Larga Liz"), prostituta, alcohólica y sueca
(sólo las dos primeras características tienen alguna clase de relación) fue asesinada
de la misma manera. Una oreja cortada, pero en este caso su cuerpo no había sido
mutilado (parece que la aparición de un transeúnte inesperado hizo huir al asesino).

Poco después, Catherine Eddowes (con la misma profesión y el mismo gusto por
el alcohol), es muerta de la misma forma. Le faltaba la oreja derecha, los ovarios y un
riñón. Este es un caso de mutilación con especial ferocidad. El asesino estaba
cebado.

En una pared alguien escribió

"No hay por qué culpar a los judíos".

Sir Charles Warren, el jefe de policía del momento, hizo borrar la inscripción para
no ocasionar tumultos contra los judíos. Otro detalle de impericia policial, o de hacer
prevalecer criterios políticos sobre los estrictamente técnicos.

También de la misma fecha, 30 de septiembre, es la segunda carta de Jack el
destripador a la policía:

"Mi querido jefe: ...Gracias por haber retenido mi carta anterior hasta este
momento, en que de nuevo me he echado a la calle para trabajar."

Estas cartas conmovían aún más a la opinión pública y fueron muy importantes para
crear el clima de agitación social y de acusaciones a la policía de impericia, falta de
profesionalidad e incluso ocultación de pruebas que inculpaban a personalidades
importantes del establishment. El caso sin perder su carácter criminal empezó a
tomar, también, un cariz político.

Recordemos también una tercera carta con un paquete dirigido a George Lusk, que
presidía el Comité de Vigilancia de Whitechapel, conteniendo una parte de riñón,
con una nota:

"Desde el infierno, señor Lusk, le envío la mitad del riñón que tomé de una
mujerzuela, y que conservé para usted después de freír el otro. Estaba muy
bueno, de verdad".

Como se ve la provocación que había montado Jack el Destripador hacía
sospechar que alguien suficientemente inteligente estaba detrás de estos absurdos
asesinatos. No eran crímenes cometidos por un alcohólico cliente de esas damas de
la noche.

Hay otra posible carta que circulaba en los diarios y que contenía la siguiente
cuarteta:

"No tengo tiempo aún para deciros/

cómo me he convertido en un asesino/

Pero ya sabréis cuando llegue el momento/

que soy uno de los pilares de la sociedad."

Jack el Destripador tenía vocación literaria... o quizá algo más.

El quinto y último crimen, conocido y adjudicado a Jack, es el más sangriento y
espeluznante de todos los cometidos hasta ese momento.

El 9 de noviembre de 1888 Jack el Destripador se despide con el
descuartizamiento de Marie Kelly, también prostituta y alcohólica. Fue muerta en su
habitación que alquilaba en la calle Miller's Court nº 13 de Whitchapel. La mujer fue
encontrada tendida de espaldas sobre su lecho, desnuda, con las orejas, la nariz y
los senos arrancados. Su vientre abierto y las vísceras repartidas por diferentes
partes de la estancia. En una mesa cercana el cruel asesino dejó expuestos los
riñones. Faltaba la parte inferior del tronco y el útero. El corazón tampoco fue hallado.
Toda la habitación estaba cubierta de sangre; las paredes manchadas.

Feldman, analizando las fotos de la época observó claramente escrito en una pared
las iniciales "FM", que no dieron ninguna pista clara para la investigación posterior.
Sin embargo, anota, estas letras encajaban perfectamente con las iniciales de la
"[censurado] madre", como Maybrick escribía en su supuesto diario, Florence Maybrick.

A raíz de este violento crimen Sir Charles Warren presentó su dimisión a la Cámara
de los Comunes el 12 de noviembre de 1888, entro los vítores de una oposición algo
menos violenta pero no menos cruel que el sádico asesino de Withchapel.

Fue el último crimen que conmovió a la opinión pública, pero si el Diario no es
apócrifo hubo por lo menos otro más, aunque los detalles no están dados y
probablemente, de haber existido, se dieron fuera de Londres.

En la época existieron muchas sospechas aunque ninguna fue demostrada. La más
peligrosa (para el sistema social) fue la de que Jack no era otro que Edward, el
duque de Clarence, hijo del rey Eduardo VII, que murió, a los 28 años, justamente
luego de esta serie de asesinatos. Según parece, el joven duque gustaba de la
cacería del ciervo, con todo su sanguinario ritual, vestía elegantemente y frecuentaba
lupanares. O sea que, en principio, no parecía imposible su otra identidad. La causa
oficial de muerte fue: "neumonía". Existen sospechas que murió por otra causa (sífilis
en su ultimo estadio) en una clínica privada cerca de Ascott.

También se pensó que estaban mezclados los judíos y los masones. En realidad se
sospecho de casi todo. Y los diarios atizaron la hoguera convirtiendo unas sórdidas
muertes en un caso de terror colectivo que implicaba a la principal ciudad del
imperio mundial más importante y extenso.

Ya con estos elementos, y sin conocer nunca quien fue el causante, la leyenda tiene
asegurada una larga vida. Nunca se sospechó de Maybrick, excepto sus más
íntimos allegados (como su hermano Michael) según comenta Feldman. Lo que sí
es cierto que de no haber existido confabulación para ocultar hechos "durante" el
tiempo de los crímenes, si parece haberla a posteriori. O la justicia británica podía
llegar a ser una caricatura de si misma, o existieron intereses poderosos para
silenciar definitivamente a Florence Maybrick en una especie de "asesinato" legal.

cariátide22
13/09/2002, 15:21
Jack the Ripper

Ha pasado más de un siglo y todavía perdura el misterio. Cinco crímenes perpetuados en Whitechapel hacia 1888, que hoy, por el
escaso número de víctimas hubiesen ocupado pocas líneas en los diarios, en su momento revolucionaron Londres y el mundo
entero.
Durante cien años, investigadores, detectives, policías y muchos aficionados han tratado de establecer un perfil psicológico que
ayudase a determinar la personalidad o el nombre del asesino, pero hasta ahora solo se han podido identificar los nombres de
unos posibles sospechosos. Tal vez por ese motivo Jack el Destripador se ha convertido en el asesino en serie más conocido de la
historia. Su nombre nos evoca una silueta entre la niebla del Londres Victoriano, una sombra con capa y sombrero negros que
ataca a sus víctimas y desaparece para siempre de la escena del crimen... no en vano se han escrito sobre él cientos de libros,
canciones, óperas y películas. Es la perfecta historia de suspense, el gran misterio sin resolver.

LAS VÍCTIMAS

En el año 1888, Whitechapel era uno de los peores distritos de todo Londres. En las calles, hombres, mujeres y niños arrastraban
una vida de pobreza y delincuencia en la que muchas veces el único alivio era el que podía ofrecerles una botella de alcohol
barato. Los callejones oscuros desembocaban en bares mugrientos y burdeles miserables en los que algunas mujeres se ganaban
la vida prostituyendo sus cuerpos por unos pocos peniques. Fue precisamente aquí, en el East End londinense, donde tuvo lugar
el breve reinado de terror del temido descuartizador que firmaba sus crímenes como "Jack el Destripador".

Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto, aunque en su día se
sospechó que por lo menos dos asesinatos anteriores menos publicitados habrían sido también obra suya.

Ese día estaba amaneciendo muy lentamente. Las calles todavía estaban oscuras, y a pesar del frío algún que otro paseante
comenzaba a circular por el barrio. Uno de ellos distingue a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido en el suelo que a primera vista
parecía desmayada, pero cuando se acerca para tratar de ayudarla, ve que unas terribles heridas la habían casi decapitado.
Horrorizado, no deja pasar un minuto y avisa al primer policía que hacía su ronda por el barrio, quién acompañado de un médico
distingue bajo la luz de una linterna que la muerte le había sido provocada por dos golpes con arma blanca que le habían
seccionado la tráquea y el esófago. El cuerpo, todavía caliente en partes, indicaba que el momento del crimen no debía de haber
sido de más de media hora antes de haber encontrado el cuerpo. Tras un examen más detallado en la sala de autopsias,
descubren además que había sido brutalmente golpeada en la mandíbula inferior izquierda (posiblemente por una persona zurda),
y que su abdomen había sido mutilado.
Por lo demás, el asesino no había dejado otras pistas tras de sí, ni testigos, ni el arma homicida. Ninguno de los vecinos oyó nada.
La identificación de la víctima no fue tarea fácil, aunque unos días después su padre y su ex marido identifican el cuerpo de una
mujer de 42 años, prostituta, llamada Anne Mare Nichols y conocida como Polly.

Polly había estado casada y tenía cinco niños, pero su adicción al alcohol había hecho que su matrimonio se rompiera. Desde
entonces, sola, había vivido de sus pobres ingresos de prostituta.

El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años,
había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida
salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver
con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún
así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense.

Annie Chapman era una mujer sin hogar propio que vivía en pensiones comunes cuando disponía de dinero para el alojamiento
de una noche, y cuando no era así, se dedicaba a vagar por las calles en busca de clientes que le proporcionasen alguna moneda
para bebida, refugio y alimento. No siempre había sido así, unos años antes estaba casada y con tres niños, pero todos murieron,
unos por enfermedad y otros por accidente. Fue un golpe muy duro, nunca se repuso. Así, en estado de depresión permanente
comenzó a beber para sobrellevar su soledad.
Su cuerpo fue hallado mutilado en la calle del Mercado de Spitalfields a las 6 de la mañana, y nadie había ido testigo de los hechos.
Su intestino estaba en el suelo entre un gran charco de sangre y una profunda incisión cruzaba su cuello de lado a lado.

Todo parecía indicar que había sido asesinada en ese mismo sitio. No había señales de defensa por parte de la víctima, y lo curioso
es que cerca de su cadáver se encontraron un pequeño pañuelo, un peine y un cepillo de dientes, que parecían haber sido
colocados en un orden concreto por el asesino.
Según el médico forense que vio el cadáver, el asesino había agarrado a Annie por la barbilla y la había degollado por la espalda
de izquierda a derecha, y por la fuerza empleada, posiblemente con la tentativa de decapitarla. Eso le había causado la muerte. Las
otras heridas infligidas y las mutilaciones abdominales habían sido realizadas post mortem: el abdomen había sido abierto para
extraer la vagina, el útero y la vejiga, que no fueron hallados. Las incisiones eran limpias, como si se tratase del trabajo de un
experto en anatomía, o por lo menos el de alguien con los conocimientos anatómicos y la habilidad suficiente para poder abrir el
cuerpo y extraer los órganos con mucho cuidado de no dañar otras partes internas. El instrumento utilizado parecía ser un
cuchillo estrecho con lámina fina y muy afilada, la clase de cuchillo que utilizaban los cirujanos y los carniceros.

Una señora de nombre Elizabeth Long que se dirigía al mercado esa mañana, pudo aportar un testimonio valioso: a las cinco y
media de la madrugada había visto a un hombre conversando con una prostituta que identificó como Annie Chapman.
Lamentablemente el hombre estaba de espaldas y no pudo ver su rostro, pero sí distinguió la silueta de un hombre de unos 40
años, elegante, que portaba un sombrero y un abrigo oscuros. La hora de la muerte se estimó entonces entre las cinco y media y
las seis de la mañana, hora en la que fue descubierto el cadáver, lo que significaba que el asesino actuaba rápidamente y con gran
precisión.

La falta de indicios hacía que la investigación avanzase lentamente. Todo el mundo había relacionado las muertes entre ellas, y a
pesar de que la policía se mantenía en el más absoluto de los silencios, los periódicos no dejaban de alimentar cada rumor
escuchado, lo que servía para aumentar la cólera y el miedo de los vecinos. Desde Scotland Yard se llegó a ofrecer una
gratificación para quien aportase algún dato válido sobre la identidad del asesino, pero lo único que consiguieron fue que los
vecinos aprovechasen sus diferencias y se denunciasen entre ellos, deteniendo simplemente a algunos falsos culpables, excéntricos
o alcohólicos que aseguraba ser el descuartizador de prostitutas, aunque tras numerosas investigaciones y por el hecho de que
todos carecían de habilidades médicas o que tenían coartadas, no tardaban en recuperar la libertad.

El 25 de septiembre, la Agencia Estatal de Noticias recibió una nota en tinta roja firmada por el propio Jack el Destripador cuyo
contenido era:

"Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha cogido, pero en realidad todavía no me han pescado. No soporto a
cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama
en cuestión no le dio tiempo a chillar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de
mi gracioso jueguecito..."

Firmado: Jack el Destripador, desde el Infierno.

A partir de entonces seguiría escribiendo cartas y poemas destinados al jefe de la policía londinense jactándose de su habilidad
para escabullirse en la oscuridad de las calles y evitar ser atrapado por la multitud que le perseguía, o haciendo alarde de la
perfección de sus crímenes y anticipando otros nuevos ataques, siempre seguro de sí.

El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la
policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la
escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:
"La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos
miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está
parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una
larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta,
seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... "
El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba
y hubiese huido antes de completar su ritual.

La joven prostituta fue identificada como Elizabeth Stride, de origen sueco, que había venido a Inglaterra para ganarse la vida
tras el fallecimiento de su marido y sus dos hijos en un accidente marítimo.

Esta vez, varios testigos declararon haberla visto momentos antes de su muerte acompañada por un hombre de unos treinta años
con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo negro y un sombrero alto, que portaba un bulto, como un maletín.
Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de
otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por
todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el
descubrimiento del cadáver.
No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos",
supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles
Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la
comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.
La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, tenía por oficio el de la prostitución y como afición, la bebida. Sus padres
habían muerto cuando ella era joven y a los 16 años se fue a vivir con un hombre, con quién tendría tres hijos. Los malos tratos
por parte de éste obligaron a que se fuera de casa, y su adicción al alcohol la obligó a alquilar su cuerpo en las calles.
Como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le
habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.

Después de esto, las cosas parecieron volver a la normalidad en Whitechapel. No hubo ningún otro asesinato durante un mes y las
prostitutas regresaron a las calles más tranquilas. Desgraciadamente, la paz duró poco, pues el 9 de noviembre, otra mujer
apareció salvajemente asesinada.
Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución para poder mantenerse a ella misma y
a su pareja, que se encontraba sin trabajo.
Esa mañana, el locatario subió a la habitación de Mary para cobrar el alquiler mensual, pero nadie contestó a su llamada. Decidió
abrir la puerta él mismo, horrorizándose por lo que descubrió...

Sin duda era el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de
arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos
veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.

Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La
actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la
policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía
que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el
mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró.

SOSPECHOSOS

Como era de esperar ante un caso de tal trascendencia, en el que Scotland Yard mantenía silencio absoluto, se fundaron todo tipo
de suposiciones: desde que Jack el Destripador era una mujer obsesionada por las prostitutas porque una de ellas había
contagiado una enfermedad a su hijo, un puritano furioso por el vicio de la capital, un agente secreto ruso que quería dejar en
ridículo a la policía inglesa... y así, una larga lista de sospechosos con las motivaciones más variopintas.

Uno de los nombres que más se mencionó fue el de Montague John Druitt, un abogado de 40 años hijo de un cirujano de muy
buena familia, que desapareció justo tras el crimen de Mary Kelly y cuyo cuerpo fue hallado un mes después flotando sin vida en el
Támesis.
Al parecer, su madre había sido ingresada en un psiquiátrico poco antes de que él se suicidara, y en su familia había otros
antecedentes de enfermos mentales. En la nota de suicidio que encontró su hermano, decía que sentía como poco a poco
padecería lo mismo que su madre y que lo mejor para no seguir ensuciando el renombre de la familia era morir.

La sospecha hacia John Druitt parte de unas investigaciones realizadas años después de que el caso fuese cerrado por el jefe de
policía de Scotland Yard, Sir Macnagthen. No hay evidencia sobre porqué Macnaghten lo consideró un sospechoso serio porque
el expediente del caso sigue cerrado a día de hoy, y sus únicas declaraciones públicas habían sido que no sólo él sospechaba de la
culpabilidad de Druitt porque era "sexualmente insano", sino que además su propia familia creía que él había sido al asesino.

A parte de Macnaghten, pocas personas más creían que Druitt era el Destripador (aunque casualmente, las iniciales J. D., sean las
mismas en ambos). Él no vivió, ni frecuentaba el barrio de los muelles en Londres, y no había ningún servicio de tren entre su
alojamiento en Blackheath y Londres que le permitiese cometer los asesinatos y volver a casa sin levantar sospechas. Además,
contaba con una buena coartada el día de la muerte de Annie Chapman, que recordamos se había estimado sobre las 5:30 de la
mañana. Habría sido muy improbable que Druitt hubiese cometido el crimen, se hubiese cambiado la ropa ensangrentada y
hubiese regresado a Blackheath para jugar un partido de cricket a las 11:30 de la mañana, según las investigaciones realizadas.

Otro de los sospechosos de Macnaghten fue Aarón Kominski, un judío polaco residente en Whitechapel que sentía un odio más
patológico que visceral hacia las mujeres y que fue ingresado en un hospital psiquiátrico en marzo de 1889 por sus tendencias
homicidas.

El Doctor Houchin, quién certificó la locura de Kosminski, describió su comportamiento: "… declara que es dirigido y que sus
movimientos son controlados por un instinto que informa su mente; dice que conoce las actividades de toda la humanidad y
rechaza casi todos los alimentos porque su instinto le dice que no lo haga…"
En los registros del hospital sólo se ha encontrado una mención de comportamiento agresivo por parte de Kosminski, si bien su
estado mental parecía deteriorarse con el tiempo: "… incoherente; de vez en cuando excitado y violento. Hace unos días se subió
una silla, e intentó golpear al asistente…"
Durante el tiempo que permaneció recluido, había sido diagnosticado como "… enfermo crónico inofensivo, de vez en cuando
molesto, pero no violento, que se recluye cada vez más en su propio mundo hasta el punto de no saber su edad o cuanto tiempo
ha estado interno…"


Por los síntomas, alucinaciones de vista y oído, se puede pensar que este hombre padecía una esquizofrenia paranoide, y
analizando su personalidad, es poco probable que Kosminski fuese nuestro Destripador. Jack podía tener una mente enferma,
pero en tal caso, esa mente estaría más cerca de la psicopatía que de la esquizofrenia. Aunque sus crímenes y mutilaciones sean
propios de un asesino en serie desorganizado, hay cierta organización en cada uno, o por lo menos, premeditación.

Michael Ostrog era un médico ruso que además se dedicaba a la estafa, por lo que pasó una gran parte de su vida en la cárcel.
No era un delincuente ordinario, era muy inteligente, tenía buena educación, y en algunas ocasiones durante los juicios por sus
delitos, su astucia le había llevado a simular que sufría un trastorno mental, lo que le había salvado de la cárcel en más de una
ocasión.
No se sabe a ciencia cierta porqué figura entre la lista de los sospechosos del Destripador, pues no hay indicios de que haya
asaltado a ninguna mujer, y con sesenta y pico años que debía tener en 1888, parecen demasiados para encajar en las
descripciones del asesino.

En 1992 surgió una nueva teoría que causó sensación por lo evidente que parecía. Michael Barrett, un distribuidor de chatarra de
Liverpool, presentó un diario escrito por un hombre llamado James Maybrick en 1889, que confiesa ser el mismo Jack el
Destripador.
James Maybrick era un comerciante de algodón que comenzó su negocio en Londres, viajó a los Estados Unidos para abrir una
oficina en Virginia y volvió varios años más tarde. Había contraído la malaria en EE UU y tomaba una combinación de arsénico y
estricnina para poder llevar sin dolor la enfermedad. La medicación era adictiva y él siguió tomando arsénico hasta que falleció, en
1989.

Nunca sospecharon de él hasta la aparición del diario, en el que Maybrick se autodenominaba Jack, y daba a entender que era el
asesino de las prostitutas con hechos concretos: contando con detalle cada uno de los crímenes, hablando del placer que le
producía el haberlos cometido, e incluso se burlaba de los esfuerzos vanos de la policía por encontrarlo. La caligrafía del texto ha
sido sometida al análisis de diferentes expertos, pero no se han puesto de acuerdo sobre si es o no auténtico, aunque en 1995
varios expertos han etiquetado el diario como falso porque aseguran que la tinta con la que se había escrito es moderna. En
cualquier caso, el análisis grafológico muestra el perfil de una persona con grandes desequilibrios psicológicos y con trastornos de
doble personalidad.

También la nobleza se vio afectada por esta serie de crímenes. Uno de los principales sospechosos fue el Duque de Clarence, el
príncipe Alberto Victor Christian Eduardo, hijo del Rey Eduardo VII y nieto de la Reina Victoria. Tenía 28 años en el momento de
los crímenes y murió poco después en una clínica privada por enfermedad. Según parece, el joven príncipe era un apasionado de
la caza con todo su ritual y crueldad, aunque nunca se le consideró como un hombre violento, y era un asiduo de los prostíbulos.
La causa oficial de su muerte fue una neumonía producida por una epidemia de gripe, aunque se sospecha que falleció a causa de
la sífilis, que probablemente le habría transmitido una prostituta.
La primera mención de que él era un posible sospechoso fue hecha pública en 1962 en el libro de Phillippe Jullien, "Edouard VII".
Más tarde, el Doctor Thomas Stowell publicó un artículo en 1970 acusando al príncipe Alberto de ser a Jack el Destripador,
basando su teoría sobre algunos documentos de su médico personal, Guillermo Gull, quién le estaría tratando la enfermedad. En
ellos narraba que su paciente sufría una grave inestabilidad emocional por sus tendencias homosexuales y que se estaba volviendo
loco, por eso, con la intención de vengarse, habría cometido los asesinatos de Withechapel.
Ninguno de estas declaraciones han podido ser probadas, porque Stowell murió poco después de que su libro fuese publicado, y
sus notas no han sido halladas.

Como era de esperar, muchos eruditos han arremetido contra esta teoría y la han desacreditado por completo, argumentando
que el Príncipe Alberto no estaba en Londres en las fechas de los asesinatos más importantes, sino en Escocia. Aunque era de
buena cuna, tampoco destacaba como un hombre de inteligencia especialmente brillante, y no tenía los conocimientos médicos
para mutilar como hizo el Destripador.

La teoría de que toda una Conspiración Real estaba detrás de los asesinatos es tal vez la más popular. No sólo es la premisa de la
reciente película "From Hell" (Desde el Infierno), protagonizada por Johnny Depp y Heather Graham, sino que ya antes había
dado lugar a gran cantidad de documentales, artículos y libros.
Uno de estos libros, escrito por Stephen Knight y publicado en 1976 bajo el título "Jack the Ripper, the final solution", aseguraba
haber recogido las notas de un hombre llamado Joseph Sickert, el hijo de Walter Sickert, un pintor impresionista que decía haber
conocido a Jack el Destripador y que le habría confesado quién era el asesino en su lecho de muerte.

La teoría que plantea Kinght es que Sickert padre daba clases de pintura al Príncipe Alberto y que éste conoció a una modelo que
posaba para el pintor llamada Annie Crook. El príncipe se enamoró de la joven, y desatendiendo sus obligaciones como heredero
de la corona, se casó con ella en secreto cuando ésta se quedó embarazada de una niña a la que llamarían Alice.

Si el pueblo londinense llegaba a conocer la unión del príncipe heredero con una mujer de clase baja, supondría un escándalo
público y una grave deshonra para la Familia Real inglesa, por ese motivo la Reina Victoria se habría empeñado en resolver el
problema antes de que comenzasen a correr los rumores de la boda, delegando la tarea de resolver el problema al médico de la
Casa Real, el doctor Guillermo Gull.
El Doctor Gull actuó entonces secuestrando a Annie e internándola en un hospital psiquiátrico tras declararla demente, en donde
fue obligada a vivir por el resto de sus días, mientras que el Príncipe Alberto fue llevado al palacio de Buckingham y se le prohibió
salir de allí, haciendo correr el rumor de que estaba gravemente enfermo.

Cuando Annie fue secuestrada, Mary Kelly, la última víctima del Destripador, se ocupaba por ese entonces del bebé. Tanto ella
como el resto de las jóvenes prostitutas asesinadas conocían la relación secreta entre el príncipe y su compañera, y sabían que tras
la desaparición de Annie, también sus vidas corrían peligro, por lo que decidieron guardar el secreto. Aun así se llevaron a cabo
los asesinatos para impedir que las jóvenes hablasen del matrimonio entre la plebeya y el heredero, y se creó la imagen de un
sanguinario psicópata con conocimientos en cirugía.
El cochero de la Casa Real, John Nestley, se encargó de localizar una a una a las chicas y de convencerlas para que subiesen al
carruaje diciéndoles que una persona importante había solicitado sus servicios. Entonces, el Doctor Gull, oculto en los callejones,
asesinaba a cada mujer y las mutilaba salvajemente para hacer creer que el asesino era un sádico obsesionado con las prostitutas.

Esta teoría es una de las preferidas porque es la que mejor se adaptaría al silencio de Scotland Yard sobre los crímenes. Qué mejor
razón para acallar un asunto que el proteger el honor de la Familia Real. Sin embargo, no hay ninguna evidencia que apoye esta
teoría, aunque tampoco hay nada que la desmienta.
Es cierto que en Whitechapel existió una mujer llamada Annie Crook que tenía una hija ilegítima llamada Alice, pero no hay nada
que pruebe que mantuvo una relación con el Duque de Clarence. (Hay quién asegura que esta teoría es falsa porque las
tendencias del Príncipe Alberto se inclinaban más hacia los hombres que hacia las mujeres).
Tampoco hay nada que pruebe que las jóvenes prostitutas asesinadas se conocían entre sí, porque si esto hubiese sido cierto,
habría sido descubierto en las entrevistas con las familias y los amigos de cada víctima.
En cuanto a la capacidad del Doctor Gull para ser a Jack el Destripador, se dice que en 1887 sufrió un ataque de parálisis severo
que le impedían realizar prácticas médicas, por lo que se dedicaba exclusivamente a la enseñanza. Gull fallecería en su casa en 1890
después de otro ataque que le dejaría mudo.

Frs
15/09/2002, 01:07
que largo!!

Charo Te Extraño :(

cariátide22
15/09/2002, 07:06
si, no?
bueno, es que parecía que el chico tenía interés...asi que LE TRAJE LA MONTAÑA!!!
(Cuidado: no confundir a Cariátide con Mahoma!)
Hasta le abrí un ... (lo que sea eso) sobre psicópatas!! para que dsfrute.
Igual otro dia me veo con ganas y yb le cuento la historia de mi vida....jejeje....

"Living la vida loca..."

danyspikemclean
15/09/2002, 21:55
Hola, MUUUUUUCHHHHHASSS GRACIAS por la informacion que me diste, de verdad me sirvio de mucho :)
PS: Ah! soy una chica, no un chico. jejejeje

cariátide22
16/09/2002, 10:38
Uy!! Lo siento!! me confundi con lo de "dany..." es que es un nombre de chico aqui...perdóname,si?
Un besote !! Y no me des las gracias, fue interesante la busqueda....

danyspikemclean
16/09/2002, 22:26
No te preocupes, con esto de internet, nadie sabe quien es quien. Y tu eres una chica o un chico?

cariátide22
17/09/2002, 01:59
Jajajaja!!! Una chica!

http://www.ciudadfutura.com/gifsanimados/x_unicorn.gif

danyspikemclean
18/09/2002, 16:01
jajaja bueno, "chica" muchas gracias de nuevo por tu tiempo y por la informacion....Oye, ¿y como pones ese dibujo al final de tu mensaje? Solo curiosidad :)

Camael
23/01/2003, 06:23
Si todavía quieres más información sobre el tema, o si te interesa tenerla por escrito, intenta localizar un libro que se titula "Otoño de terror (Jack el Destripador)" de Tom Cullen. En él se amplían los detalles que te ha dado Cari (a la que por lo que veo le gusta mucho escribir) y hay además algunas fotografías.
Un saludo.