Násheca
01/07/2002, 14:19
Aqí está la continuación del otro cuento...
Dos
Al levantarse, avergonzado, se rasca el sexo sin darse cuenta. Se pasa una mano por el cabello alborotado y da la media vuelta dispuesto para caminar en sentido contrario de donde su hermana, ya se está levantando.
—Ya no te lleves así porqe ya viste qe te gano.
—¿Y también porqe ya te llegó la pubertad? —sonríe maliciosamente ella.
«Si las mujeres son bien ******as. Bien qe saben lo qe hacen», recordaría diecinueve años después él en una borrachera, riendo ********mente.
Siguiedo los pasos de Xashel hasta donde la vista le alcanza, cuando la realidad es regresada a su mente por la negación de la pared, Éxol no habla más del trabajo qe viene a hacer a la casa de Zamek, compañero de todo eqipo escolar necesario, y compañero de toda la infancia y hasta ahora:
—Tu hermana está bien, ¿eh?
Zamek mira, como rectificando, a su hermana. Su vista regresa al de enfrente y emite un gesto de duda.
—La verdad sí. ¿A poco no te habías dado cuenta?-replica Éxol.
Él nunca lo había pensado. Xashel Efectivamente tiene lo suyo, pero no lo había visto de esa forma. En la noche, al oír su respiración él sólo pensaba en besarla, en su cabello y su risa siempre burlona –al menos cuando las risas eran por su causa—, pero nunca en sus piernas, ni en las nalgas qe la vista de Éxol seguía a todos lados cada qe iba a su casa. Pero desde la vez en qe “le llegó la pubertad” y pensaba en los últimos detalles qe hubo antes de qe Xashel se burlara de él, un extraño dolorcito lo hacía cerrar los ojos.
La morbosa curiosidad de Éxol salió en una pregunta
—¿Nunca la has visto encuerada?
La diosa del tinner
("Con maseca sabe mejor")
Dos
Al levantarse, avergonzado, se rasca el sexo sin darse cuenta. Se pasa una mano por el cabello alborotado y da la media vuelta dispuesto para caminar en sentido contrario de donde su hermana, ya se está levantando.
—Ya no te lleves así porqe ya viste qe te gano.
—¿Y también porqe ya te llegó la pubertad? —sonríe maliciosamente ella.
«Si las mujeres son bien ******as. Bien qe saben lo qe hacen», recordaría diecinueve años después él en una borrachera, riendo ********mente.
Siguiedo los pasos de Xashel hasta donde la vista le alcanza, cuando la realidad es regresada a su mente por la negación de la pared, Éxol no habla más del trabajo qe viene a hacer a la casa de Zamek, compañero de todo eqipo escolar necesario, y compañero de toda la infancia y hasta ahora:
—Tu hermana está bien, ¿eh?
Zamek mira, como rectificando, a su hermana. Su vista regresa al de enfrente y emite un gesto de duda.
—La verdad sí. ¿A poco no te habías dado cuenta?-replica Éxol.
Él nunca lo había pensado. Xashel Efectivamente tiene lo suyo, pero no lo había visto de esa forma. En la noche, al oír su respiración él sólo pensaba en besarla, en su cabello y su risa siempre burlona –al menos cuando las risas eran por su causa—, pero nunca en sus piernas, ni en las nalgas qe la vista de Éxol seguía a todos lados cada qe iba a su casa. Pero desde la vez en qe “le llegó la pubertad” y pensaba en los últimos detalles qe hubo antes de qe Xashel se burlara de él, un extraño dolorcito lo hacía cerrar los ojos.
La morbosa curiosidad de Éxol salió en una pregunta
—¿Nunca la has visto encuerada?
La diosa del tinner
("Con maseca sabe mejor")